REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVIII (THE LATE NIGHT)
Reconozco que no soy muy entusiasta de la noche. Supongo que me dará miedo la oscuridad, los monstruos en el armario, los vampiros (con las vampiresas, ni te digo) y diversos trasnochados (guionistas y políticos varios, por ejemplar un poco).
Con lo cual, yo soy de los que a las 11 de la noche, muy tardar (que asco doy, verdad?), estoy llamando a las puertas de Morfeo. Ya nos hemos hecho tan coleguitas que ni tengo que esperar en la cola, a la segunda vuelta de almohada ya estoy jugando con las conejitas de play-boy (que tire la primera almohada quien no ha tenido algún sueño con ellas).
Esta es la rutina de mis noches, que solo se rompe cuando me hace efecto, allá como a las 3 ó 4 de la mañana, el vaso de leche con galletas (si, doy pena, ya lo se) que me he tomado antes de acostarme, que despierta en mi vejiga una orden que transmite a mis neuronas, la cual traducida, queda así: “tú no te quieres ver mañana empapado en líquidos corporales, no?, pues levanta y al pipi-room.”.
Lo que ocurre es que de vez en cuando, como en la actualidad, estoy sufriendo las consecuencias de la enésima gripe de la temporada (maldito cigarro), lo que hace que conciliar algo de sueño, sea más difícil que ver a Los Santos con el carnet del PSOE. Porque entre los estornudos, que han sido estudiados por los meteorólogos, como el inicio de los huracanes que azotan el Caribe (yo cuando estoy resfriado, llevo un kit de limpieza acoplado al cinturón, que no veas como quedan las superficies cristalinas), y la tos seca, cuando la moquera me ha bajado el pecho (que cada vez que toso, me llaman del centro de estudios sismógraficos de Kansas, que han detectado en mi vivienda un terremoto de 8 grados en la escala ritcher, y preguntan que si ha habido victimas), pues lo de dormir a pierna suelta (a pierna suelta y depilada, ya no sería la mía) no se consigue fácilmente.
Pues bien, ya que el virus domina el 85% de mi ser, solo me queda esperar que pase lo antes posible, y las noches me las pego revisando la programación televisiva. Voy a hacer un repaso a lo que te puedes encontrar, que en mi caso, la verdad, es muy poca franja horaria, porque desde que empieza la porno de una cadena local, como a la 1 de la mañana, ya el mando a distancia descansa, y vaya si descansa.
Pero antes de ese magno acontecimiento, puedes disfrutar del programa de Buenafuente. Como entretenimiento televisivo, tiene sus momentos, como todos, pero es de lo mejorcito que te puedes encontrar (eso sí, lo del Chikilicuatre no tiene nombre).
Luego están las tele tiendas. Hay tantas cadenas que ponen estos comerciales, que sin duda, tienen que vender, si no, no se explica. Pero yo antes de comprar algún aparato que ofertan estos programas (bueno, la bajada de videos “X” al móvil, me lo estoy pensando, que queda más fino que decir que tengo que borrar alguno, que la memoria del teléfono ya no me llega), llamo a ver si viene el técnico a tu casa a montártelo (el aparato, el aparato), que garantía tiene, y donde está el servicio técnico más próximo, porque no me veo llamando a Tele 5 (por ejemplar again) y diciendo: “oiga, una maquina cortadora que me he comprao, adonde la llevo, que la niña metió una barbie, y ya no funciona como antes?”.
Luego hay programas donde leen el futuro, tarot y demás. Si quieren un consejo, las verdaderas profesionales de este mundo, no las vas a encontrar en la tele, pero si les aseguro que algo de cierto hay, por circunstancias personales que me han ocurrido (y lo dejo así, que despierta como más tensión en el lector). De todas formas, la explicación más evidente, de que supuestamente puede ser un fraude televisivo, es que si en realidad vieran el futuro, no vieran los números del euro millón de 15.000.000€, lo ganaran, y dejaran de decir chorradas por la caja tonta.
Y como remate, los de “llama y gana”. Ganar, vas a ganar un cabreo de mil pares de narices (en mi caso, sin moquera incluida, que ahora mismo ya tengo para varias). Yo no pierdo el tiempo viendo esas “cosas”, pero me pegué un día un programa esos de zapping, donde pusieron un programa de éstos, y se pedía a los televidentes que llamaran y adivinaran un panel que tenían con nombres de marcas de coches. Se ve a la gente llamando, diciendo: Toyota, Mercedes, Renault, Ford, Alfa Romero, etc, etc. Bueno, lógicamente, las más conocidas. Y la presentadora decía todo el tiempo: “no, lo siento, esa no está en el panel”. Pues si no sacaron un panel con marcas de coche de la India, pues no lo entiendo, la verdad, porque casas de coches, creo que muy pocas más. O sea, no puedes dormir, y encima te roban dinero, que la llamadita para entrar a concursar no entra en la “tarifa plana”, precisamente.
Bueno, por lo menos ponen algo a esas horas. Antes tenía que ser un suplicio tener insomnio y solo disponer de la carta de ajuste. Os dejo, esperando que esta gripe se pase, y si escucháis un estruendo en la calle, antes de llamar a la policía, bomberos, etc, mirad primero por la ventana, a ver si era yo que acababa de pasar, y me dio un estornudo o un ataque de tos.
Reconozco que no soy muy entusiasta de la noche. Supongo que me dará miedo la oscuridad, los monstruos en el armario, los vampiros (con las vampiresas, ni te digo) y diversos trasnochados (guionistas y políticos varios, por ejemplar un poco).
Con lo cual, yo soy de los que a las 11 de la noche, muy tardar (que asco doy, verdad?), estoy llamando a las puertas de Morfeo. Ya nos hemos hecho tan coleguitas que ni tengo que esperar en la cola, a la segunda vuelta de almohada ya estoy jugando con las conejitas de play-boy (que tire la primera almohada quien no ha tenido algún sueño con ellas).
Esta es la rutina de mis noches, que solo se rompe cuando me hace efecto, allá como a las 3 ó 4 de la mañana, el vaso de leche con galletas (si, doy pena, ya lo se) que me he tomado antes de acostarme, que despierta en mi vejiga una orden que transmite a mis neuronas, la cual traducida, queda así: “tú no te quieres ver mañana empapado en líquidos corporales, no?, pues levanta y al pipi-room.”.
Lo que ocurre es que de vez en cuando, como en la actualidad, estoy sufriendo las consecuencias de la enésima gripe de la temporada (maldito cigarro), lo que hace que conciliar algo de sueño, sea más difícil que ver a Los Santos con el carnet del PSOE. Porque entre los estornudos, que han sido estudiados por los meteorólogos, como el inicio de los huracanes que azotan el Caribe (yo cuando estoy resfriado, llevo un kit de limpieza acoplado al cinturón, que no veas como quedan las superficies cristalinas), y la tos seca, cuando la moquera me ha bajado el pecho (que cada vez que toso, me llaman del centro de estudios sismógraficos de Kansas, que han detectado en mi vivienda un terremoto de 8 grados en la escala ritcher, y preguntan que si ha habido victimas), pues lo de dormir a pierna suelta (a pierna suelta y depilada, ya no sería la mía) no se consigue fácilmente.
Pues bien, ya que el virus domina el 85% de mi ser, solo me queda esperar que pase lo antes posible, y las noches me las pego revisando la programación televisiva. Voy a hacer un repaso a lo que te puedes encontrar, que en mi caso, la verdad, es muy poca franja horaria, porque desde que empieza la porno de una cadena local, como a la 1 de la mañana, ya el mando a distancia descansa, y vaya si descansa.
Pero antes de ese magno acontecimiento, puedes disfrutar del programa de Buenafuente. Como entretenimiento televisivo, tiene sus momentos, como todos, pero es de lo mejorcito que te puedes encontrar (eso sí, lo del Chikilicuatre no tiene nombre).
Luego están las tele tiendas. Hay tantas cadenas que ponen estos comerciales, que sin duda, tienen que vender, si no, no se explica. Pero yo antes de comprar algún aparato que ofertan estos programas (bueno, la bajada de videos “X” al móvil, me lo estoy pensando, que queda más fino que decir que tengo que borrar alguno, que la memoria del teléfono ya no me llega), llamo a ver si viene el técnico a tu casa a montártelo (el aparato, el aparato), que garantía tiene, y donde está el servicio técnico más próximo, porque no me veo llamando a Tele 5 (por ejemplar again) y diciendo: “oiga, una maquina cortadora que me he comprao, adonde la llevo, que la niña metió una barbie, y ya no funciona como antes?”.
Luego hay programas donde leen el futuro, tarot y demás. Si quieren un consejo, las verdaderas profesionales de este mundo, no las vas a encontrar en la tele, pero si les aseguro que algo de cierto hay, por circunstancias personales que me han ocurrido (y lo dejo así, que despierta como más tensión en el lector). De todas formas, la explicación más evidente, de que supuestamente puede ser un fraude televisivo, es que si en realidad vieran el futuro, no vieran los números del euro millón de 15.000.000€, lo ganaran, y dejaran de decir chorradas por la caja tonta.
Y como remate, los de “llama y gana”. Ganar, vas a ganar un cabreo de mil pares de narices (en mi caso, sin moquera incluida, que ahora mismo ya tengo para varias). Yo no pierdo el tiempo viendo esas “cosas”, pero me pegué un día un programa esos de zapping, donde pusieron un programa de éstos, y se pedía a los televidentes que llamaran y adivinaran un panel que tenían con nombres de marcas de coches. Se ve a la gente llamando, diciendo: Toyota, Mercedes, Renault, Ford, Alfa Romero, etc, etc. Bueno, lógicamente, las más conocidas. Y la presentadora decía todo el tiempo: “no, lo siento, esa no está en el panel”. Pues si no sacaron un panel con marcas de coche de la India, pues no lo entiendo, la verdad, porque casas de coches, creo que muy pocas más. O sea, no puedes dormir, y encima te roban dinero, que la llamadita para entrar a concursar no entra en la “tarifa plana”, precisamente.
Bueno, por lo menos ponen algo a esas horas. Antes tenía que ser un suplicio tener insomnio y solo disponer de la carta de ajuste. Os dejo, esperando que esta gripe se pase, y si escucháis un estruendo en la calle, antes de llamar a la policía, bomberos, etc, mirad primero por la ventana, a ver si era yo que acababa de pasar, y me dio un estornudo o un ataque de tos.