miércoles, 25 de junio de 2008

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIX

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIX

Yo sé, desde hace ya muchos años, que mi consciente no estaba muy fino (el “consciente” intelectual ya ni te digo, serviría para que los científicos me pusieran, cuando se apruebe la clonación humana, como ejemplo a no copiar), pero tenía esperanzas de que el subconsciente estuviera mas “amuebladito”. Pero me di cuenta de que tampoco había tenido suerte en el reparto de inteligencia, cuando el otro día soñé que me apuntaba a una chirigota de Cádiz. Que digo yo, que si tuviera esos sueños en época de carnavales, todavía se explica, pero en pleno mes de junio, pues como que no.

Y menos mal que no cené nada copioso ni picante esa noche, que si no, tengo pesadillas con chirigotas asesinas o compuestas por muertos vivientes (bueno, tal y como estarán los niveles alcohólicos de los integrantes en esas fechas, lo de “muertos vivientes” puede ser un buen calificativo).

Y para acabar de fastidiarla, al día siguiente soñé con la citada chirigota de nuevo, y encima ganamos el concurso. Lo malo es que no me acuerdo de la letra de la canción ganadora, que si me llego a acordar, me cojo el primer vuelo a Cádiz, e intento venderla, para ganarme unas perritas.

Si añadimos que desde muy pequeño soy un “salido mental”, como aquella vez que invite a salir a mi profesora de parvulito, con cinco años (es que la “seño” estaba tremenda, que quede bien claro), pues seguramente el día que estaban repartiendo los cerebros, yo me encontraba realizando otros menesteres, con alguna “angelita”, perdido, entre las nubes.

Y bueno, todo este rollo para explicar que conmigo pueden intentar realizar el timo de la estampita (y hasta dos veces, que seguro que vuelvo a caer), es para decirles que hasta este tonto, que se atreve a realizar estas extravagantes disertaciones, se da cuenta que lo de la “desaceleración económica” no me lo creo ni yo.

Este gobierno se piensa que somos todos idiotas (se me ocurren adjetivos más fuertes), no llamando las cosas por su nombre, o sea, una crisis de tomo y lomo (el lomo para mi, por favor, vuelta y vuelta y bien hecho, que la carne no me gusta muy cruda).

La crisis está ahí, se los aseguro, que el otro día fue al súper, y me gasté en cuatro tonterías (leche, galletas, detergente y preservativos, lo típico), casi 50 euros. Y no es culpa del gobierno, la crisis es a nivel mundial. Como explicación pueden elegir la que les guste más: escasez de petróleo, crisis inmobiliaria y de la construcción, el calentamiento global, o que el país más desarrollado, o sea, U.S.A., esté gobernado por uno que es peor que yo, que ya es mucho rizar el rizo (por eso me gana, como yo no tengo pelo que rizar).

Lo que se le puede achacar a este gobierno es la forma en como se afronta un período de crisis. Decir que no existe, sino que es un pequeño bache, una caída de las inversiones, etc., no es un buen comienzo. Si no se toman medidas urgentes, ya empezaré a preocuparme en serio, porque ya no es únicamente que el día de mañana no cobre mi pensión de jubilación (cosa que tengo ya asumida hace tiempo, y además, no sé si en realidad quiero llegar a anciano, porque si ya soy un salido mental ahora, no me quiero ver en faceta de “viejo verde salido mental”, que me voy a ganar cada tortazo de las enfermeras del geriátrico…), sino que puede peligrar hasta mi fondo de pensiones, cosa con la que si contaba, aunque sea solo para que el día de mañana se lo quedé la pelirroja despampanante, de 20 años máximo, que me buscaría.

Porque como esto siga cuesta abajo, hasta los bancos se pueden declarar en quiebra, y mi dinero se lo repartirán los acreedores, o peor aún, se lo pueden dar al PP, para pagarles las dietas de sus diputados.

Están aplicando medidas, pero de momento, la que veo bien, es la de paralizar las ofertas de empleo público. Con esto, están corroborando la idea generalizada de que este país está lleno de funcionarios. Pero la verdad es que entre los funcionarios de baja médica, los que aprueban varias oposiciones, y luego piden excedencia, y los que van a trabajar dos días por semana, y tres no van, la realidad es que en la práctica hacen falta. Yo sería más partidario de cambiar el procedimiento administrativo para poder despedir a un funcionario, que ahora mismo es más fácil que el Papa de Roma dimita, que se consiga echar al típico funcionario, al que llevas dos horas esperando en la administración correspondiente, y ha salido a desayunar (traducido: vuelve con las bolsas del corte inglés).

Yo, por mi parte, la veo bien, porque me sé de unos cuant@s que se les va a acabar el “chollo” que tienen montado, viviendo a costa de los padres, con la excusa de que están preparando oposiciones (sin aprobar ninguna desde hace años, lógicamente), y sin dar un palo al agua. Vuelvo a repetir que no confío en mi pensión de jubilación el día de mañana, pero por si se arregla el tema, yo ya tengo, con 38 añitos (parezco un bebe), 15 años y medio cotizados. A ver lo que tendrán cotizados esos “opositores”.

Bueno, esperando que la crisis se pase cuanto antes, y que sea antes de que este ejecutivo socialista se haya gastado todo el dinero en fines sociales (tiempo al tiempo), os dejo, que me vuelvo a meter en vorágine de impuestos (leer artículo anterior sobre el tema). Me despido con un trozo de una peli de los marx brothers: “camarero, camarero”. Diga señor. “¿Tiene cerditos de leche?” Si, señor. “Pues exprímalos y tráigame la leche en un vaso”.

jueves, 27 de marzo de 2008

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVIII (THE LATE NIGHT)

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVIII (THE LATE NIGHT)

Reconozco que no soy muy entusiasta de la noche. Supongo que me dará miedo la oscuridad, los monstruos en el armario, los vampiros (con las vampiresas, ni te digo) y diversos trasnochados (guionistas y políticos varios, por ejemplar un poco).

Con lo cual, yo soy de los que a las 11 de la noche, muy tardar (que asco doy, verdad?), estoy llamando a las puertas de Morfeo. Ya nos hemos hecho tan coleguitas que ni tengo que esperar en la cola, a la segunda vuelta de almohada ya estoy jugando con las conejitas de play-boy (que tire la primera almohada quien no ha tenido algún sueño con ellas).

Esta es la rutina de mis noches, que solo se rompe cuando me hace efecto, allá como a las 3 ó 4 de la mañana, el vaso de leche con galletas (si, doy pena, ya lo se) que me he tomado antes de acostarme, que despierta en mi vejiga una orden que transmite a mis neuronas, la cual traducida, queda así: “tú no te quieres ver mañana empapado en líquidos corporales, no?, pues levanta y al pipi-room.”.

Lo que ocurre es que de vez en cuando, como en la actualidad, estoy sufriendo las consecuencias de la enésima gripe de la temporada (maldito cigarro), lo que hace que conciliar algo de sueño, sea más difícil que ver a Los Santos con el carnet del PSOE. Porque entre los estornudos, que han sido estudiados por los meteorólogos, como el inicio de los huracanes que azotan el Caribe (yo cuando estoy resfriado, llevo un kit de limpieza acoplado al cinturón, que no veas como quedan las superficies cristalinas), y la tos seca, cuando la moquera me ha bajado el pecho (que cada vez que toso, me llaman del centro de estudios sismógraficos de Kansas, que han detectado en mi vivienda un terremoto de 8 grados en la escala ritcher, y preguntan que si ha habido victimas), pues lo de dormir a pierna suelta (a pierna suelta y depilada, ya no sería la mía) no se consigue fácilmente.

Pues bien, ya que el virus domina el 85% de mi ser, solo me queda esperar que pase lo antes posible, y las noches me las pego revisando la programación televisiva. Voy a hacer un repaso a lo que te puedes encontrar, que en mi caso, la verdad, es muy poca franja horaria, porque desde que empieza la porno de una cadena local, como a la 1 de la mañana, ya el mando a distancia descansa, y vaya si descansa.

Pero antes de ese magno acontecimiento, puedes disfrutar del programa de Buenafuente. Como entretenimiento televisivo, tiene sus momentos, como todos, pero es de lo mejorcito que te puedes encontrar (eso sí, lo del Chikilicuatre no tiene nombre).

Luego están las tele tiendas. Hay tantas cadenas que ponen estos comerciales, que sin duda, tienen que vender, si no, no se explica. Pero yo antes de comprar algún aparato que ofertan estos programas (bueno, la bajada de videos “X” al móvil, me lo estoy pensando, que queda más fino que decir que tengo que borrar alguno, que la memoria del teléfono ya no me llega), llamo a ver si viene el técnico a tu casa a montártelo (el aparato, el aparato), que garantía tiene, y donde está el servicio técnico más próximo, porque no me veo llamando a Tele 5 (por ejemplar again) y diciendo: “oiga, una maquina cortadora que me he comprao, adonde la llevo, que la niña metió una barbie, y ya no funciona como antes?”.

Luego hay programas donde leen el futuro, tarot y demás. Si quieren un consejo, las verdaderas profesionales de este mundo, no las vas a encontrar en la tele, pero si les aseguro que algo de cierto hay, por circunstancias personales que me han ocurrido (y lo dejo así, que despierta como más tensión en el lector). De todas formas, la explicación más evidente, de que supuestamente puede ser un fraude televisivo, es que si en realidad vieran el futuro, no vieran los números del euro millón de 15.000.000€, lo ganaran, y dejaran de decir chorradas por la caja tonta.

Y como remate, los de “llama y gana”. Ganar, vas a ganar un cabreo de mil pares de narices (en mi caso, sin moquera incluida, que ahora mismo ya tengo para varias). Yo no pierdo el tiempo viendo esas “cosas”, pero me pegué un día un programa esos de zapping, donde pusieron un programa de éstos, y se pedía a los televidentes que llamaran y adivinaran un panel que tenían con nombres de marcas de coches. Se ve a la gente llamando, diciendo: Toyota, Mercedes, Renault, Ford, Alfa Romero, etc, etc. Bueno, lógicamente, las más conocidas. Y la presentadora decía todo el tiempo: “no, lo siento, esa no está en el panel”. Pues si no sacaron un panel con marcas de coche de la India, pues no lo entiendo, la verdad, porque casas de coches, creo que muy pocas más. O sea, no puedes dormir, y encima te roban dinero, que la llamadita para entrar a concursar no entra en la “tarifa plana”, precisamente.

Bueno, por lo menos ponen algo a esas horas. Antes tenía que ser un suplicio tener insomnio y solo disponer de la carta de ajuste. Os dejo, esperando que esta gripe se pase, y si escucháis un estruendo en la calle, antes de llamar a la policía, bomberos, etc, mirad primero por la ventana, a ver si era yo que acababa de pasar, y me dio un estornudo o un ataque de tos.

miércoles, 20 de febrero de 2008

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVII

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVII

Se me ha ocurrido hablar de los programas de televisión destinados a “cazar talentos”. Últimamente es una plaga, no hay forma de ver un rato la “caja tonta”, y no tropezar, por mucho zaping que uno haga, con alguno de estos “entretenimientos”. Tanto es así, que no me extrañaría nada ver dentro de poco a Pedro Piqueras comentar una noticia en el informativo, de repente quedarse callado, y que se vea el plano del Micky ese diciendo: “no, mira, Pedro, la noticia hay que darla con más sentimiento. Lo siento, pero mi voto es no. El siguiente”.

Ya tiene que estar la cosa muy malamente, para que te decidas a participar en un programa de éstos, para ver si el talento que crees que tienes, vanagloriado seguramente por los familiares con tres o cuatro copas de más en cualquier boda, bautizo, comunión, reunión familiar, etc., es cierto.

Se echa de menos la tradición de ir a actuar a locales cutres y siniestros, y que algún día pase un “cazatalentos”, productor o espécimen musical correspondiente, y que te descubra, te lance y te convierta en una estrella. Que luego paga un pastón a la cadena de radio o televisión correspondiente, para que pongan tu “jingle” o video todo el tiempo, que acabas tan harto, que te vas a duchar por la mañana, y los vecinos te tocan al timbre a quejarse porque no haces más que cantar la dichosa cancioncita, que de tanta oírla, ya no te la saca ni el “lava cerebros” más experimentado.

Estos programas deberían decir abiertamente que a lo que están destinados es a que el público se ría con los que lo hacen rematadamente mal, los que creen que lo hacen es “arte”, o los que han dejado salir un ratito del psiquiátrico para que les de el aire.

Lo malo es que gran parte de los candidatos, van con la esperanza de convertirse en alguien en ese mundo, porque con los sueldos actuales, tal y como está la cesta de la compra (ya ni le digo los buenos días a la cajera, del cabreo), y lo de que te toque la primitiva, no pasa de coger 3 números y que ten 8 euros, habiéndote gastado 10 (en mi caso, totalmente verídico), pues la gente decide salir de pobre, a costa de que millones de espectadores se diviertan con tus “virtudes”.

Y para más recochineo, los que tienen la misión de decidir si eres válido o no, son tres ó cuatro “famosillos” (su currículum no destaca precisamente por ser demasiado extenso). Que yo sepa, ninguno de ellos ha dado clases en la Art´s Academy, es componente de la Opera de New York, o miembro honorífico de la Orquesta de Viena.

La cosa empezó ya hace unos años, con el tema de los “triunfitos”, y salvo dos ó tres (“Rizbal” y la “india” Chenoa, por ejemplo), la mayor parte han tenido que buscar algún empleo adicional, porque las actuaciones que les salen en la típica fiesta de pueblo, no les da para vivir.

En fin, como el tema no da para más, mejor lo dejamos. Yo, como no tengo la “suerte” de cantar, bailar (hasta caminando por la calle creo que ni siquiera llevo bien el paso), o actuar (hasta una vez que hice de extra en una peli, en la que sólo tenía que figurar, lo hice mal), pues de mi no creo que se lleguen a reír mucho. Lo que si espero es que se rían con estas tonterías que me da por compartir. Un saludote, un abrazote, un portesenbiensote y un cuidesonte (el psicólogo no ha determinado aún el trauma que desencadenó que terminara las palabras en “ote”, pido “perdonote” de antemano).




jueves, 31 de enero de 2008

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVI

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVI

Gracias a todos aquellos que han notado que hace un par de meses que no he escrito nada nuevo, y que me han preguntado el motivo y que echan de menos echarse unas risas con mis escritos. Para los/as que no hayan tenido la “suerte” de trabajar en una asesoría, gestoría, consultoría y algún trabajo más que pueda terminar en “ía” (putería no entra en esta rama, para los mal pensados), les comentaré que hay cuatro meses en el año fatales, que son cuando se pagan los impuestos.

Y de esos cuatro, Enero y Julio son los peores. A mi no me explicaron este “tute” cuando estudie contabilidad, que te enseñan a cuadrar asientos (si algún día me viene un inspector de Hacienda a revisar las cuadraturas de contabilidad que he tenido que realizar en algunos casos, yo ya tengo dicho que le comenten al susodicho que me dio un infarto el día anterior, y que me incineraron para que no empiece a buscar mi cuerpo, por si acaso) y hacer cierres contables, pero lo de soportar el estrés de estos días no entra en el programa de la asignatura. Para que no quede duda del agobio, como ejemplo solo comentare que en Telepizza no te cogen el teléfono si llamas después de las 12:00 de la noche desde la oficina.

Si algún día me tropiezo con un astrofísico, y me empieza a contar lo de que mirando las estrellas uno se da cuenta de lo ínfimo y pequeño que es el ser humano respecto al universo, que somos una mota de polvo, respecto a la grandiosidad del cosmos, con todas los planetas, soles, cometas, galaxias, etc, etc, le voy a decir yo que le explique eso a Hacienda, para que le digan que puede que seamos pequeños, pero que o pagas, o la fastidiaste.

Pero bueno, ya hemos terminado, y hasta abril no volveremos a estresarnos, o sea que vamos a soltar alguna idea loca de las mías. Advierto de antemano que creo que la neurona con estos esfuerzos mentales (entra las citadas cuadraturas y la recordada de toda la familia, incluyendo primos lejanos, de algunos empresarios que les llevamos las cuentas), ya se despidió de mí, dejándome a cargo del cerebro primitivo, lo que significa poder realizar las funciones básicas y para de contar. Por lo que si este artículo en vez de divertiros, lo que hace es sentir vergüenza ajena, volved a leer alguno viejo, y os quedará mejor sabor de boca (salvo que os estéis zampando al mismo tiempo unas tostadas con caviar, de eso yo no tengo la culpa).

Otra vez tenemos “election day”, el día 09 de marzo. Voy a mandar mi currículum a todas las emisoras de radio, televisión, o lo que tercie, para que me contraten como comentarista político. Yo creo que es el trabajo más fácil del mundo, y si alguno se enoja con estas palabras, ya tiene dos trabajos (cabrearse y desencabrearse), porque no pienso rectificar.

Y si no, vean algún comentarista político en algún programa cuando terminan las elecciones y empiezan los recuentos, y fíjense en lo que dicen. Por ejemplo, el presentador del programa dice: “llevamos un 20% del escrutinio y de momento tiene tantos votos CC, le sigue PP y el PSOE le sigue a cierta distancia. ¿Qué puede suponer esta situación, señor comentarista?” Y el citado, con una cara que se lo pisa, dice: “hay que esperar que termine el escrutinio, o tener un porcentaje muy elevado del mismo, para poder pronunciarse”.

No es por ponerme flores, pero para decir eso, yo mismo sirvo. Como mucho, mejor en un programa de radio, para que en la tele nadie se asuste con la calva, los michelines extra largos, y la cara que no acompaña en demasía (una vez hasta serví de doble para los planos cortos de Frankestein). Y yo les aseguro que me “mojo”; me preguntan con sólo un 1% del escrutinio realizado y ya les suelto que CC va a pactar con el que gane las elecciones, sea quien sea, que IU pactará con el PSOE, y que si gana CIU en Cataluña pacta con el que le de más dinero, competencias, etc, y si gana Ezquerra Republicana, pactará con el PSOE, con unas negociaciones larguisimas como le gusta a Carod, pero al final pactarán.

Si quieren más “mojadas” (si es un concurso de camisetas mojadas no me busquen entre la multitud, búsquenme en el callejón donde me habrán tirado los guardaespaldas tras intentar acercarme demasiado a las “misses”), el PP conseguirá 9 millones de votos, que son los que les votan siempre, y el PSOE tendrá 10 millones si vota tanta gente como la última vez, si no es así, Carod esa misma noche está encargando varios trajes nuevos para llevar uno distinto cada día a las reuniones para intentar formar gobierno.

Tengan guardada esta “premonición”, y léanla después de las elecciones, a ver en cuanto me equivoco.

Entre la gente que no tiene una ideología clara, sino que votan en función de si con el partido que actualmente está gobernando les va bien la cosa en su vida diaria, lo de la cesta de la compra seguramente va a pasar factura al PSOE, porque la promesa de los 400 euracos yo no la veo, la verdad, eso es más o menos lo que me gasto yo cada mes en llenar mi despensa. Y si encima compro leche, no me da. Tanto es así, que estoy reformando la cocina, dejándola con el espacio indispensable, y en el resto aprovecharé para poner unas pajas en el suelo y unos tablones, y me voy a comprar una vaca. Creo que me saldrá más rentable, ya me he comprado hasta el banquito para ordeñarla. Para que los vecinos no se quejen de los malos olores, les tengo convencidos con un barreño de leche a la semana.

Bueno, espero que este sea el primero de los innumerables artículos que pretendo escribir este año. Que el amigo facha no se moleste, que le invitaré a mi casa a tomar leche con valeriana. Como despedida, pido perdón por las faltas de ortografía que suelo cometer, pero es que yo no tengo suficiente educación, en mi colegio éramos tan brutos que para demostrar la ley de la gravedad, tiramos al profesor por la ventana (este chiste no es mió, lo copie de una peli).









miércoles, 19 de diciembre de 2007

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XV

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XV

Voy a hablar de pelos. Ya tiene su miga que un calvo reconocido (cum laude por varias universidades expertas en la materia, y premio especial del jurado de la asociación de Calvos Indecentes Asociados, o sea, la C.I.A.) les venga a hablar de temas capilares. Seguramente, al 99% de los que leerán este escrito, les saldrá el siguiente pensamiento: “Pedro, calvo, gordo y estupido no se puede ir por la vida”. El 1% restante, que se lo adjudico a un amigo que empieza o termina las frases en latín, le saldrá el mismo pensamiento, pero añadiéndole la siguiente coletilla: “gilipuertus habemus”.

Yo lo que voy a intentar es enseñar a los amigos como se sobrelleva este situación que, como ya he reconocido en anteriores escritos, hace años, años y años que me acompaña. Tal es la cosa que, aunque soy un ateo reconocido, si el día que me muera descubro que Dios existe, cuando llegue ante él, le preguntaré: “¿yo que te hice, tío? Tuvo que ser bien gorda para dejarme sin pelo desde parvulito”.

Y es que les comunico que más tarde o más temprano, todos acabaran como yo, que como dice el refrán: “a los cien años, todos calvos” (si no me creen, vayan a dar una vuelta al geriátrico que tengan más cercano) así que voy a narrarles mis peripecias, a ver si pueden evitar situaciones complicadas y que no les tomen mucho el pelo, más bien, que no les peguen muchas collejas en la calva.

Lo primero que tienen que saber es que la calvicie es hereditaria, salvo que tu peluquero particular sea de los que le gusta experimentar con productos y lociones varios. Más vale que tengas bien controlado su teléfono y dirección, por si algún “picapleitos” puede intentar sacarte alguna compensación económica por negligencia tijeril.

Y para más información, se hereda por la vía materna, o sea, que si tu padre es de los que deslumbra a los viandantes en los días soleados de agosto, no te preocupes mucho. Yo cuando me enteré de esta herencia genética, revise los antepasados masculinos por parte de madre. Primero, mi abuelo, el de la mala leche, que al recordar su calvicie, se me ocurre la siguiente situación: en los días de luna llena, por esos bosques perdidos de Dios, seguramente lo cogerían entre cuatro, lo podrían en posición horizontal, apuntando la cabeza hacía la luna, para que su reflejo en su calva les sirviera como linterna.

Si nos remontamos a épocas más tardías, encontré una foto de mi bisabuelo materno, y sólo decir que, con la moda de aquellos tiempos de tener las cejas superpobladas, no había forma de distinguir la frente de la nuca, traduciendo, no se veía bien si estaba de frente o de espaldas. La explicación genética ya estaba corroborada.

Una vez asumido, te empiezan los vacilones de los conocidos. Entre lo más destacados, el típico:”vaya entradas que tienes, que son, de fútbol o de baloncesto?”. Yo, a la quinta vez que me lo dijeron, ya tuve que saltar, y respondía: “Ja, Ja, que ocurrente, que gracioso. ¿Se te ocurrió a ti sólo o lo leíste en alguna revista científica?”.

Luego está el que no te llegue a acomplejar mucho, porque el tema de los peluquines, si no estamos en Carnaval, no pega, la verdad, y la moda estilo “Anasagasti” no cuela, nadie piensa que el pelo que te dejas crecer de la nuca y de los laterales y lo “revuelves” en la calva para que tape, ha nacido “natural” por esa zona. Ahora, si os apetece hacer el ridículo conscientemente, siempre podréis decir que es una “gorra de pelo” para el frío.

Ya dejamos de hablar del tema de la calvicie, y os confieso que el resto de mi cuerpo no cumple está máxima. Más bien todo lo contrario. A mi me pueden llamar, “Pedro, el calvo”, “Pedro, el peludo” o “Pedro el velloso”. Hasta una vez me pidieron muestras de A.D.N. para compararlas con unas muestras que habían encontrado del Yeti, para ver si mi “pelumbre corporal” descendía de dicho ser, pero enseguida desistieron porque me comunicaron que era imposible, ya que el Yeti se supone que tiene menos pelo.

Otra confesión es que creo que soy responsable del calentamiento global del planeta, ya que un día me dio por afeitarme a pelo (sin espuma ni nada) la pelumbrera de la espalda al aire libre, y claro, los pelos salieron volando, llegando hasta la estatrosfera, lo que ha provocado un escudo que no permite que los gases invernaderos salgan de la atmósfera.

En otra ocasión hice lo mismo, pero en el mar, lo que hizo que murieran todas las algas de 5 millas a la redonda de donde me encontraba, ya que tanto pelo no dejó pasar la luz del sol, y las susodichas algas no pudieron realizar la fotosíntesis.

Una vez me recomendaron que fuera a un sitio de esos donde te depilan el cuerpo, y que no pensara que era ninguna “mariconada”, pues los nadadores y demás deportistas lo hacen, pero como yo no se nadar, y lo de practicar deporte no entra dentro de mi “religión”, no les hice caso. Además, seguramente, si algún día me decidiera ir a un sitio de esos, me echan a la calle enseguida, porque no creo que nadie se pegue 72 horas extras seguidas (como mínimo) trabajando conmigo.

En fin, que la actual Ministra de Fomento se quede tranquila, que hay gente más peligrosa que ella.

Como despedida, si al final resulta que los budistas son los que tiene la razón, y existe la reencarnación, le voy a pedir al que lleve el tema de mi siguiente destino en la vida que me reencarne en cualquier tipo de chimpancé, total, ya estoy acostumbrado a tanto pelo.

martes, 11 de diciembre de 2007

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIV

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIV

Ya están aquí las Navidades. Mejor dicho, llevamos ya un mes de Navidad y todavía no es 24 de diciembre, pero yo ya he visto adornos navideños en escaparates de tiendas desde el día 01 de noviembre, amén de algún fantasma de halloween con gorrito de papa Noel que ví esa noche. Sólo me falta ver a algún “mago” el día 02 de mayo en el tradicional baile de ídem, con el mismo tocado navideño, y ya no me quedará ninguna duda del cambio climático, y reafirmar lo que dice la famosa frase de: “cada loco con su tema”. Más bien, cada loco con su timple, su “cargadera” de vino de La Orotava y su gorrito de Noel.

Lo de los escaparates decorados en Navidad es una tradición, que gusta mucho a los que les gusta ir de tiendas, pero para los que hemos trabajado en una “shop” (manera internacional de no repetir palabras, cosecha particular, ya la tengo registrada, no me copiéis) como dependientes en esas fechas, es la peor época del año. Más si cabe si como yo, tenían a una encargada “amargada”, que descargaba su odiado paso por el mundo con todo aquel que se le ponía delante. Montar un escaparte bajo su supervisión, era una semana de cambios, cambios y más cambios en lo inicialmente diseñado.

Tal era el caso que el segundo año que me toco, saque una foto del primer escaparate montado. La susodicha nos hizo cambiar dicha decoración, batiendo un record que creo que todavía permanece en el libro Guiness, cuarenta y cinco veces. El definitivo, tras tanto trasiego, acabo siendo el mismo que el primero, con la única diferencia de que el muñequito de Santa Claus en vez de su mirada de bonachón, se le había puesto una cara de mala leche, pensando seguramente: “a ver si dejáis de tocarme las bolas” (creo que se refería a las dos, las físicas y las del árbol).

Que conste que la foto inicial y la final solamente se la mostré a mis “sufridos” compañeros, porque, si se me hubiera ocurrido regodearme de ella enseñándole las fotos, se hubiera cabreado más, y ya el nuevo record no lo supera nadie ni adrede.

Ya no te digo la noche del día 05 de enero. Recuerdo una vez que, en un momento determinado, estaba agachado detrás del mostrador, guardando algún producto, y cuando me levanto, me veo sólo, porque mis compañeros, o bien estaban enseñando productos por fuera, o bien pasando visas, y me ví una marabunta de gente que era imposible distinguir la puerta del local. Es que en aquel tiempo el Gobierno no se gastaba el dinero en campañas para promover que la gente comprara todo antes, o si las hacía, la gente no les prestaba la atención debida (como ahora). Las varices de aquellos días todavía permanecen, me cogieron cariño y no me quieren abandonar.

De la noche del 24 de diciembre sólo destaco las caras de felicidad de los niños de la familia (los de menos de 14, a los “niños” que ya acabamos de cumplir 38 ya no nos regalan) al abrir sus regalos.

En cuanto a las fiestas de Fin de Año, creo que soy de las pocas personas que quedan en este mundo (o sea, un “friki” con todas las letras) que no se ha puesto nunca un esmoking. Las fiestas más recordadas son las que montábamos en casa de un amigote, donde habían dos tradiciones. La primera era que yo me encargaba de la música (con muy buenas críticas, y esta vez pecando de vanidad con todas las de la ley), y la segunda, la típica llegada de la policía a las 6 de la mañana, tras la consecuente queja de los vecinos de alrededor. Y a las 6 era cuando oíamos el timbre de la puerta, que creo que estaban tocando a la misma desde las 5, pero con el jolgorio no se oía nada. Una vez abrimos la puerta y estaban a punto de derribarla los antidisturbios, al estilo Hombres de Harrelson.

Tuve la suerte un año de participar en la organización de una de estas fiestas, y aprendí una cosa fundamental. Si en la lista de invitados se encuentra un amigote que seguramente leerá este artículo, hay que triplicar el surtido de croquetas. Menos mal que no ocurrió ninguna situación que hubiera necesitado asistencia sanitaria, porque no me veo al sanitario explicándole una intoxicación por exceso de pasta de atún rebozada.

La última tradición es la del día de Reyes, con su típico Roscón. A mí nunca me ha tocado el muñequito, pero da igual, siempre lo paga “tío Pedro”. Yo llevo estos últimos años comprando las variedades, o sea, los rellenos de nata, de chocolate, de crema, y el año pasado descubrí uno nuevo, de turrón. Tal es el atracón de roscones varios, que desde que me levanto ese día, el estomago me da un par de punzadas, temeroso de lo que le espera. Pero yo ese día le cuento el siguiente chiste: “niño, no comas más dulces que vas a reventar” y el niño responde, “pues dame otro, y apártate”.

Final. Como recordatorio, no olvidéis de mandar sms el día 24 por la noche, para que así las compañías de telefonía tengan beneficios y nos puedan dar ofertas al año siguiente, y para los ateos, deciros que se cree que Jesús nació en marzo, y que Baltasar era “blanco” hasta el siglo XVI, época a partir de la cual se le representó como de raza negra por necesidades estratégicas de la Iglesia.

Yo sólo os deseo una Feliz Navidad, y espero que me toque la lotería de Navidad, o bien con los decimos que tengo con mi amiga Alex, o bien con los que tengo con mi amiga Raisha. No os deseo que la ganéis los demás, porque a ver como pago yo los roscones este año, pero un pellizco os daré si me lo gano (pellizco de roscón, que quede claro).

miércoles, 5 de diciembre de 2007

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIII

REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XIII

Como llevo unas semanas con una “tontería mental” (para aquellos que me conocen bien, decirles que es más grave de la ya habitual y conocida por ell@s), y que no se me ocurre ninguna idea digna o no digna de comentar, creo que voy a hacer lo que hacen los malos guionistas cuando se quedan sin ideas, o sea, hacer un “mix” de mis anteriores escritos. Para aquel o aquella que no la haya quedado claro, voy a soltar cosas en referencia a mis anteriores artículos.

Por ejemplo, en cuanto a mis vivencias personales, y más concretamente en mi época militar, recuerdo una ocasión en la que mi habitual buena suerte para situaciones complicadas desapareció. En realidad no es que se fuera a ver a las “mama chichos”, que es lo que ponían en aquel tiempo en la tele, sino más bien que un veterano me hizo una jugada bien gorda. El veterano en cuestión no me podía ni ver, el típico rencilla que no soportaba que su trabajo lo hiciera otro mejor y más rápido.

Su malestar venía porque él hubiera preferido que mi destino en la oficina del cuartel fuera ocupado por un amiguete suyo, pero, amigo, los test de personalidad y habilidad que te hacen nada más entrar sirven para algo, y mis 350 pulsaciones de mecanografía y mis habilidades sociales decantaron mi ocupación final (no hace falta que os imaginéis a los que sacaron puntuación cero o negativa donde los mandaron, eso sí, los retretes siempre estaban bien limpios).

Pues bien, este “enemigo” (la verdad es que, que yo sepa, enemigos he tenido muy pocos en la vida, gente que le caigo mal, las habrá sin duda, y buenos amig@s, todos a los que envió estas divagaciones y los que se han quedado por el camino) vino un día de visita cuando ya se había licenciado (hay que estar muy colgado para ir a visitar un sitio donde tus libertades se han visto recortadas, tanto, que me pegue dos meses después de salir, que le decía a la dependienta del supermercado: “bueno días, mi sargento”), y, aprovechando que yo no me encontraba en la oficina, cambió adrede una orden de servicios, incluyendo para realizar unas guardias, a una compañía que en ese tiempo estaba de maniobra. Traduciendo, físicamente era imposible que esa gente pudiera hacer esos menesteres, a no ser que el ejercito les pagara un vuelo charter, porque en ese momento se encontraban en Fuerteventura.

Este “error maquiavélico” conllevó una bronca de escándalo a mi jefe en la oficina, como responsable de la misma, y éste a su vez, la pagó conmigo. El “castigo” no fue arrestarme hasta que Chávez le pida perdón al Rey, sino que, en unas maniobras de fuego real nocturno, me hizo revisar todas las armas de los novatos cada vez que se disparaban, y, dado que las armas del ejercito creo que fueron heredadas de la batalla de Trafalgar, y que el coeficiente intelectual de alguno de ellos merecería ser caso de estudio por alguna universidad, para así poder determinar las causas de la estupidez humana, tengo que reconocer que mi vida estuvo en serio peligro. Menos mal que en la mili te dan dos trajes de comando, porque esa noche acabe con unas manchas oscuras, y de barro no eran, para que quede claro.

En referencia al “señor” Chávez, alguien muy estimada me llamo a las 7 de la mañana del lunes, supercontenta por el resultado del referéndum. Sólo decir que utilizar como campaña para el sí, el hacer el ridículo poniendo a caldo pota al Rey de España y al Presidente de Colombia, y subirse en plan concierto de salsa callejero a un autobús por las calles, merecerían otro estudio universitario como el referido anteriormente. Yo el cambio en la constitución que pediría, sería que se le tiene que hacer de forma obligatoria un estudio psicológico a los candidatos a Presidente.

En cuanto a las cosas que me tocan las narices, se me olvidó comentar que odio profundamente que me molesten un domingo por la mañana los testigos de Jehová, Mahoma, Cristo del Séptimo Día, Esclavos de Judas o Santa Viagra Bendita. Si alguien los ha vuelto locos a ellos, yo les juro que el día que llegue a Presidente de algo, los voy a dejar tranquilos, aunque a algunos de ellos me encantaría meterles arresto domiciliario, y más concretamente, arresto en casa y sin poder salir del cuarto de baño.

Es que ya tiene delito, que te quieras relajar un domingo por la mañana, y te vengan con el cuento de que su Dios es nuestro salvador y demás. Al próximo que me tranque, le digo que me hago de su religión si me pagan la hipoteca, me viene a limpiar el piso una vez por semana y me planchan las camisas, que la parte de los botones del cuello me quedan de pena cada vez que plancho.

Y de las series infantiles, ahora parece ser que Barrio Sésamo es una mala influencia, según los americanos. Pues yo les diría que si no es por el Drácula que le encantaba contar, no hubiera aprobado primero de E.G.B. Y si alguien me invita alguna vez a galletas, que se pongan bien lejos, que yo soy tipo “coco”.

Como remate final, otro chiste tonto, de los que sólo se ríe con ellos este que suscribe, o sea, es un chiste “para tontos”. El psicólogo que le pregunta al paciente:”¿desde cuando se cree ud. que es un perro?”. Y el paciente responde: “desde cachorro, doctor”.