REFLEXIONES DE UN IDIOTA CON CEREBRO XVI
Gracias a todos aquellos que han notado que hace un par de meses que no he escrito nada nuevo, y que me han preguntado el motivo y que echan de menos echarse unas risas con mis escritos. Para los/as que no hayan tenido la “suerte” de trabajar en una asesoría, gestoría, consultoría y algún trabajo más que pueda terminar en “ía” (putería no entra en esta rama, para los mal pensados), les comentaré que hay cuatro meses en el año fatales, que son cuando se pagan los impuestos.
Y de esos cuatro, Enero y Julio son los peores. A mi no me explicaron este “tute” cuando estudie contabilidad, que te enseñan a cuadrar asientos (si algún día me viene un inspector de Hacienda a revisar las cuadraturas de contabilidad que he tenido que realizar en algunos casos, yo ya tengo dicho que le comenten al susodicho que me dio un infarto el día anterior, y que me incineraron para que no empiece a buscar mi cuerpo, por si acaso) y hacer cierres contables, pero lo de soportar el estrés de estos días no entra en el programa de la asignatura. Para que no quede duda del agobio, como ejemplo solo comentare que en Telepizza no te cogen el teléfono si llamas después de las 12:00 de la noche desde la oficina.
Si algún día me tropiezo con un astrofísico, y me empieza a contar lo de que mirando las estrellas uno se da cuenta de lo ínfimo y pequeño que es el ser humano respecto al universo, que somos una mota de polvo, respecto a la grandiosidad del cosmos, con todas los planetas, soles, cometas, galaxias, etc, etc, le voy a decir yo que le explique eso a Hacienda, para que le digan que puede que seamos pequeños, pero que o pagas, o la fastidiaste.
Pero bueno, ya hemos terminado, y hasta abril no volveremos a estresarnos, o sea que vamos a soltar alguna idea loca de las mías. Advierto de antemano que creo que la neurona con estos esfuerzos mentales (entra las citadas cuadraturas y la recordada de toda la familia, incluyendo primos lejanos, de algunos empresarios que les llevamos las cuentas), ya se despidió de mí, dejándome a cargo del cerebro primitivo, lo que significa poder realizar las funciones básicas y para de contar. Por lo que si este artículo en vez de divertiros, lo que hace es sentir vergüenza ajena, volved a leer alguno viejo, y os quedará mejor sabor de boca (salvo que os estéis zampando al mismo tiempo unas tostadas con caviar, de eso yo no tengo la culpa).
Otra vez tenemos “election day”, el día 09 de marzo. Voy a mandar mi currículum a todas las emisoras de radio, televisión, o lo que tercie, para que me contraten como comentarista político. Yo creo que es el trabajo más fácil del mundo, y si alguno se enoja con estas palabras, ya tiene dos trabajos (cabrearse y desencabrearse), porque no pienso rectificar.
Y si no, vean algún comentarista político en algún programa cuando terminan las elecciones y empiezan los recuentos, y fíjense en lo que dicen. Por ejemplo, el presentador del programa dice: “llevamos un 20% del escrutinio y de momento tiene tantos votos CC, le sigue PP y el PSOE le sigue a cierta distancia. ¿Qué puede suponer esta situación, señor comentarista?” Y el citado, con una cara que se lo pisa, dice: “hay que esperar que termine el escrutinio, o tener un porcentaje muy elevado del mismo, para poder pronunciarse”.
No es por ponerme flores, pero para decir eso, yo mismo sirvo. Como mucho, mejor en un programa de radio, para que en la tele nadie se asuste con la calva, los michelines extra largos, y la cara que no acompaña en demasía (una vez hasta serví de doble para los planos cortos de Frankestein). Y yo les aseguro que me “mojo”; me preguntan con sólo un 1% del escrutinio realizado y ya les suelto que CC va a pactar con el que gane las elecciones, sea quien sea, que IU pactará con el PSOE, y que si gana CIU en Cataluña pacta con el que le de más dinero, competencias, etc, y si gana Ezquerra Republicana, pactará con el PSOE, con unas negociaciones larguisimas como le gusta a Carod, pero al final pactarán.
Si quieren más “mojadas” (si es un concurso de camisetas mojadas no me busquen entre la multitud, búsquenme en el callejón donde me habrán tirado los guardaespaldas tras intentar acercarme demasiado a las “misses”), el PP conseguirá 9 millones de votos, que son los que les votan siempre, y el PSOE tendrá 10 millones si vota tanta gente como la última vez, si no es así, Carod esa misma noche está encargando varios trajes nuevos para llevar uno distinto cada día a las reuniones para intentar formar gobierno.
Tengan guardada esta “premonición”, y léanla después de las elecciones, a ver en cuanto me equivoco.
Entre la gente que no tiene una ideología clara, sino que votan en función de si con el partido que actualmente está gobernando les va bien la cosa en su vida diaria, lo de la cesta de la compra seguramente va a pasar factura al PSOE, porque la promesa de los 400 euracos yo no la veo, la verdad, eso es más o menos lo que me gasto yo cada mes en llenar mi despensa. Y si encima compro leche, no me da. Tanto es así, que estoy reformando la cocina, dejándola con el espacio indispensable, y en el resto aprovecharé para poner unas pajas en el suelo y unos tablones, y me voy a comprar una vaca. Creo que me saldrá más rentable, ya me he comprado hasta el banquito para ordeñarla. Para que los vecinos no se quejen de los malos olores, les tengo convencidos con un barreño de leche a la semana.
Bueno, espero que este sea el primero de los innumerables artículos que pretendo escribir este año. Que el amigo facha no se moleste, que le invitaré a mi casa a tomar leche con valeriana. Como despedida, pido perdón por las faltas de ortografía que suelo cometer, pero es que yo no tengo suficiente educación, en mi colegio éramos tan brutos que para demostrar la ley de la gravedad, tiramos al profesor por la ventana (este chiste no es mió, lo copie de una peli).
Gracias a todos aquellos que han notado que hace un par de meses que no he escrito nada nuevo, y que me han preguntado el motivo y que echan de menos echarse unas risas con mis escritos. Para los/as que no hayan tenido la “suerte” de trabajar en una asesoría, gestoría, consultoría y algún trabajo más que pueda terminar en “ía” (putería no entra en esta rama, para los mal pensados), les comentaré que hay cuatro meses en el año fatales, que son cuando se pagan los impuestos.
Y de esos cuatro, Enero y Julio son los peores. A mi no me explicaron este “tute” cuando estudie contabilidad, que te enseñan a cuadrar asientos (si algún día me viene un inspector de Hacienda a revisar las cuadraturas de contabilidad que he tenido que realizar en algunos casos, yo ya tengo dicho que le comenten al susodicho que me dio un infarto el día anterior, y que me incineraron para que no empiece a buscar mi cuerpo, por si acaso) y hacer cierres contables, pero lo de soportar el estrés de estos días no entra en el programa de la asignatura. Para que no quede duda del agobio, como ejemplo solo comentare que en Telepizza no te cogen el teléfono si llamas después de las 12:00 de la noche desde la oficina.
Si algún día me tropiezo con un astrofísico, y me empieza a contar lo de que mirando las estrellas uno se da cuenta de lo ínfimo y pequeño que es el ser humano respecto al universo, que somos una mota de polvo, respecto a la grandiosidad del cosmos, con todas los planetas, soles, cometas, galaxias, etc, etc, le voy a decir yo que le explique eso a Hacienda, para que le digan que puede que seamos pequeños, pero que o pagas, o la fastidiaste.
Pero bueno, ya hemos terminado, y hasta abril no volveremos a estresarnos, o sea que vamos a soltar alguna idea loca de las mías. Advierto de antemano que creo que la neurona con estos esfuerzos mentales (entra las citadas cuadraturas y la recordada de toda la familia, incluyendo primos lejanos, de algunos empresarios que les llevamos las cuentas), ya se despidió de mí, dejándome a cargo del cerebro primitivo, lo que significa poder realizar las funciones básicas y para de contar. Por lo que si este artículo en vez de divertiros, lo que hace es sentir vergüenza ajena, volved a leer alguno viejo, y os quedará mejor sabor de boca (salvo que os estéis zampando al mismo tiempo unas tostadas con caviar, de eso yo no tengo la culpa).
Otra vez tenemos “election day”, el día 09 de marzo. Voy a mandar mi currículum a todas las emisoras de radio, televisión, o lo que tercie, para que me contraten como comentarista político. Yo creo que es el trabajo más fácil del mundo, y si alguno se enoja con estas palabras, ya tiene dos trabajos (cabrearse y desencabrearse), porque no pienso rectificar.
Y si no, vean algún comentarista político en algún programa cuando terminan las elecciones y empiezan los recuentos, y fíjense en lo que dicen. Por ejemplo, el presentador del programa dice: “llevamos un 20% del escrutinio y de momento tiene tantos votos CC, le sigue PP y el PSOE le sigue a cierta distancia. ¿Qué puede suponer esta situación, señor comentarista?” Y el citado, con una cara que se lo pisa, dice: “hay que esperar que termine el escrutinio, o tener un porcentaje muy elevado del mismo, para poder pronunciarse”.
No es por ponerme flores, pero para decir eso, yo mismo sirvo. Como mucho, mejor en un programa de radio, para que en la tele nadie se asuste con la calva, los michelines extra largos, y la cara que no acompaña en demasía (una vez hasta serví de doble para los planos cortos de Frankestein). Y yo les aseguro que me “mojo”; me preguntan con sólo un 1% del escrutinio realizado y ya les suelto que CC va a pactar con el que gane las elecciones, sea quien sea, que IU pactará con el PSOE, y que si gana CIU en Cataluña pacta con el que le de más dinero, competencias, etc, y si gana Ezquerra Republicana, pactará con el PSOE, con unas negociaciones larguisimas como le gusta a Carod, pero al final pactarán.
Si quieren más “mojadas” (si es un concurso de camisetas mojadas no me busquen entre la multitud, búsquenme en el callejón donde me habrán tirado los guardaespaldas tras intentar acercarme demasiado a las “misses”), el PP conseguirá 9 millones de votos, que son los que les votan siempre, y el PSOE tendrá 10 millones si vota tanta gente como la última vez, si no es así, Carod esa misma noche está encargando varios trajes nuevos para llevar uno distinto cada día a las reuniones para intentar formar gobierno.
Tengan guardada esta “premonición”, y léanla después de las elecciones, a ver en cuanto me equivoco.
Entre la gente que no tiene una ideología clara, sino que votan en función de si con el partido que actualmente está gobernando les va bien la cosa en su vida diaria, lo de la cesta de la compra seguramente va a pasar factura al PSOE, porque la promesa de los 400 euracos yo no la veo, la verdad, eso es más o menos lo que me gasto yo cada mes en llenar mi despensa. Y si encima compro leche, no me da. Tanto es así, que estoy reformando la cocina, dejándola con el espacio indispensable, y en el resto aprovecharé para poner unas pajas en el suelo y unos tablones, y me voy a comprar una vaca. Creo que me saldrá más rentable, ya me he comprado hasta el banquito para ordeñarla. Para que los vecinos no se quejen de los malos olores, les tengo convencidos con un barreño de leche a la semana.
Bueno, espero que este sea el primero de los innumerables artículos que pretendo escribir este año. Que el amigo facha no se moleste, que le invitaré a mi casa a tomar leche con valeriana. Como despedida, pido perdón por las faltas de ortografía que suelo cometer, pero es que yo no tengo suficiente educación, en mi colegio éramos tan brutos que para demostrar la ley de la gravedad, tiramos al profesor por la ventana (este chiste no es mió, lo copie de una peli).
1 comentario:
Es que no somos nada, y no se reconoce lo que vale cada uno. Y es que administrar la contabilidad de un hombre que no quiere una nómina y monta un negocio, con el riesgo que conlleva (es decir, me inspeccionará hacienda o no, me pedirán los papeles para justificar las subvenciones o no), eso es vivir al filo del riesgo.
Pero no se preocupe usted, unas vacaciones en autocar por las islas siempre puede venirle bien.
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